lunes, 5 de enero de 2009

¿Qué le pasa cadete?

Entrando ya en la recta final esta elecciones, donde el mayor ejercicio democrático de nuestro país está por definir al presidente, encontramos al señor Ollanta Humala haciendo uso de los penosos recursos, lejanos a toda disciplina militar o siquera al decoro cívico; exacerbando a nuestros hermanos mas necesitados.
En efecto, sin escatimar esfuerzos lo encontramos en plazas públicas, pancartas, volantes, declaraciones y viajes donde nos presenta las distintas facetas de una persona que recurre a todos los artificios necesarios para lograr su objetivo: ocupar el sillón de mando.
Lo hemos visto a lo largo de su campaña en distintas poses que ha ido asumiendo conforme los tiempos y contratiempos. Ha acusado a la institucionalidad de un gobierno mientras gozaba de sus beneficios en Francia, cuestionado también en su función de militar en zonas donde la ley era propuesta por propia mano, desconocer las afirmaciones de sus propios partidarios, luego renunciar al evidente origen familiar que lo formó, mas adelante asumir el rol de víctima frente a la acusaciones y la poca propaganda que los medios de comunicación le da; medios a los que no ofrece entrevistas, y polémicas a las que no se quiere enfrentar por estar de ante mano ya orientadas.
Las estrategias políticas en su caso han cubierto un sin fin de recursos, desde actitudes dogmáticas y autoritarias, hasta la inocencia mas cruda frente a las propias responsabilidades. Es interesante también como maneja a su antojo la imagen del militar, en otros casos muy respetables, pero en el suyo apuesta por una astuta flexibilidad que pareciera carecer de la nobleza y capacidad de servicio y sacrificio que hemos recogido en héroes que han servido de ejemplo para todos los peruanos.
¿Hasta cuando seguirá este señor corriéndole a la confrontación igualitaria que la verdad necesita? ¿Hasta que punto llevará su predica violenta basada en las necesidades fundamentales de nuestros hermanos peruanos? ¿Hasta donde las amenazas levantadas a diestra y siniestra podrán llegar?
Ciertamente se trata de propuestas, de construir un país que reclamamos diariamente, de edificar un horizonte desde el que los peruanos podamos atisbar en unidad un verdadero proyecto de país sólido, y esperanzador.

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