Si bien las primeras investigaciones sobre dificultades en el aprendizaje escolar datan desde 1896, es solo desde 1962 que se acuña el término y se enmarca como parte de la psicología. Sin embargo desde siempre existió esta realidad que como en todo síndrome mientras sean detectados mas tempranos, mejor será el pronóstico.
Habiendo cruzado ya el umbral de siglo XXI también hay que decir que con el tiempo y las nuevas investigaciones se van ¨ descubriendo ¨ nuevas dificultades a la par que el uso de nuevas tecnologías se van ¨ creando ¨ igualmente nuevos trastornos para los niños en edad escolar. En efecto los problemas creados por el constante uso de la televisión, el DS, la computadora, el Nintendo, entre otros, van haciendo que aumenten la cantidad de niños que necesitan apoyo, así como la variedad de síndromes que se presentan.
Dada esta realidad, resulta pertinente, estar atentos al desarrollo de habilidades de aprendizaje con las siguientes particularidades; debe ser: un tanto regular, progresivo y dentro de un espacio de tiempo apropiado.
Con todo, y aunque suene extraño, los primeros obstáculos que se suelen presentar no pocas veces, son los propios padres quienes dificultan la intervención y el tratamiento oportuno de sus hijos para salir adelante en este tipo de realidades. El equilibrio entre ser unos padres aprensivos o despreocupados está justamente en estar en capacidad de observar objetivamente el desarrollo de nuestros hijos, estar en comunicación con sus maestras así como al departamento psicopedagógico de la institución y si es el caso, recurrir al especialista.
Vale la pena recordar que muchos de los grandes genios de la historia en los campos de las artes y la ciencias, por decir dos áreas importantes fueron precisamente del grupo de los llamados ¨ niños con dificultades ¨, así el caso de Einstein, quien tenía un severo trastorno del lenguaje; Da Vinci, dislexia; Edison problemas de concentración, entre otros.
Queda por parte de nosotros, los padres de familia sostener a nuestros hijos con la intervención oportuna, el aliento permanente y por supuesto el amor incondicional
Mag. Eduardo Gildemeister
lunes, 16 de noviembre de 2009
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