martes, 26 de junio de 2007

Relación entre la familia escuela

Relación entre familia y escuela

Luego del nacimiento de los hijos, una de las decisiones mas serias a las que se enfrentan los padres es la elección del colegio. Las variantes que se manejan en cuanto a lo económico y las expectativas de los padres, se ven contrastadas con la cantidad de ofertas que se les presentan en el marcado educativo. Las estadísticas demuestran que el vínculo positivo que se genera entre escuela y padres de familia da como resultado una mejora en los objetivos centrales de la educación; formación de la persona en su integridad y como aspectos mas puntuales, el rendimiento académico, el comportamiento, la asistencia, e identificación con la escuela. La idea de fortalecer la relación entre escuela y familia, se refuerza por el hecho de estar enmarcados dentro de un proyecto en el que participa toda la comunidad educativa.
Sin embargo en lo cotidiano muchas veces se da una polarización en la relación padres – maestros, donde no es extraño el que en la escuela se perciba a los padres como ¨ generadores de reclamos ¨ y estos a su vez son llamados por los maestros para señalar las quejas sobre sus hijos. Por otra parte los esfuerzos que se realizan desde el centro educativo para atraer a los padres de familia en los talleres, escuelas y charlas; muchas veces son devueltas con una magra asistencia a tales eventos, principalmente en la secundaria. Todo esto genera una disociación de valores, tareas e intereses entre lo que casa y escuela otorgan al alumno, donde él es el que sufre y termina aprendiendo una doble pauta situándolo entre dos polos de tensión.
La educación se transmite no solamente cuando se tiene conciencia del acto mismo formador, sino en todo acto de la vida humana; así los niños aprenden, no pocas veces, más de lo que ven, que de lo que conforma la indicación propiamente dicha.

FAMILIA, EDUCACIÓN Y ESCUELA

Cabría preguntarse entonces ¿Cuál es el punto de encuentro entre estos educadores, padres y maestros? La respuesta por obvia que sea debe generar una actitud que nos convoque a todos: los hijos. Para ello se hace imprescindible entender a la educación en su sentido más pleno, el de formadora de persona; y que de lo que se apueste en los años que dure la escolaridad estará formada, en buena parte, la persona.

Comprender de parte de padres y maestros, que el centro de la educación es el hijo / alumno, como sujeto a recibir una formación holística, es la clave para generar esta unión. Entender de parte de los padres que ellos son los primeros educadores y que la educación es integradora, que la instrucción no agota la realidad escolar, y que lo que se recibe en las aulas va más allá de un mero aprendizaje de datos y habilidades, es fundamental para generar en ellos una actitud de interés y participación activa hacia la escuela ya que ésta se hace responsable, con las familias, de la formación del niño
Han de haber dos movimientos; el de los padres, para que en su aproximación hacia la escuela entiendan de manera completa lo que se genera tanto a nivel aprendizaje, como en las relaciones humanas, así como transmisión de valores; y la del colegio como entidad capaz de generar relaciones de participación y formación con respecto a sus alumnos y las familias de estos. La educación pasa por el que en el colegio se entienda que lo que se recibe en el plantel es una familia y no solo un alumno. Para ello ambas partes deben tener claro que, si hablamos de una formación integradora capaz de hacerse vida cotidiana; una sustenta a la otra.

PROCESO EDUCATIVO: TAREA COMÜN

Se trata de generar conciencia de que la educación es un largo proceso en el que, el acompañamiento mutuo de los padres y la escuela a lo largo de todo el proceso formativo en sus distintas etapas, es la única manera de consolidar una verdadera educación. Para ello es fundamental que el colegio sea consciente que a lo largo de la escolaridad del alumno, hay un tiempo de vida que transcurre en los padres con todas sus variantes, y que la proximidad inicial debe ser el principio de una larga relación en la que todos los que participan del proceso educativo van también cambiando y para ello debe estar preparada. Al parecer las estadísticas demuestran que conforme el niño va avanzando en su escolaridad los padres van tomando distancia del colegio como centro de encuentro. Una vez más, la escuela debe ser conciente de este cambio de intereses para salirle al encuentro a esta nueva realidad que se presenta, y sea un punto de referencia que esté a la altura de esta nueva realidad.

Para ello la escuela debe ser un centro que este en capacidad de convocar con propuestas originales e integradoras a los padres, es en este sentido que debe entender su real lugar en el ámbito familiar. La escuela no termina al toque de timbre, su influencia irrumpe en la familia; y el alumno no solo es tal al cruzar la puerta del colegio, su realidad familiar lo sigue dentro de las aulas.
La vocación que reúne a maestros y padres formadores, se concreta en la tarea común que tienen en los hijos, esa será la clave para unirse en un proyecto que involucre un plan educativo integrador, en el que familia y escuela participen positivamente en aras a consolidar progresivamente la formación de los hijos.

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